El papel del Programa ERASMUS+ como promotor del patrimonio cultural europeo entre la juventud: Los casos de Bulgaria, España, Italia y Polonia

En las últimas décadas, la globalización ha sido un arma de doble filo para la conservación del Patrimonio Cultural. Por un lado, este ha sido expuesto a diversas amenazas, como la homogeneización cultural y la pérdida de identidad local (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 2003). No obstante, por otro lado, la interconexión mundial también ha permitido un mayor acceso y difusión de la diversidad cultural, fomentando el intercambio de conocimientos y tradiciones entre diferentes sociedades. Para la comunidad europea, el Patrimonio Cultural no solo supone una oportunidad para su desarrollo económico (Jagielska-Burduk & Stec, 2019), sino que también fortalece el sentimiento de pertenencia y arraigo a una identidad colectiva que trasciende las fronteras nacionales, contribuyendo así a la construcción de una Unión Europea (UE) más unida y solidaria (Comisión Europea, 2019).